¿CÓMO SÉ SI TENGO UN PROBLEMA DE ANSIEDAD?
- intangibleterapiap
- 9 ene 2024
- 4 Min. de lectura
Lo primero que tenemos que saber, es que la ansiedad saludable y la ansiedad patológica se manifiestan fisiológicamente igual, al menos en un inicio.
ANSIEDAD SALUDABLE
Veamos cómo funciona la ansiedad saludable. Cuando percibimos una amenaza se desencadena una serie de eventos fisiológicos que, en conjunto, conocemos como ansiedad.
Cuando tenemos ansiedad, respiramos a nivel torácico, esta respiración es corta y rápida, lo cual le permite a nuestro cuerpo ingresar una gran cantidad de oxígeno. Además, aumenta el ritmo cardiaco, permitiendo que el oxígeno que ingresa se distribuya con rapidez en el cuerpo, principalmente en las extremidades (brazos y piernas). Se presenta sudoración, ya que ésta permite regular la temperatura del cuerpo. También, se presentan temblores, los cuales preparan a los músculos para entrar en acción. Asimismo, aumenta la sensibilidad a los estímulos, principalmente auditivos y visuales, lo cual nos permite estar alerta.
Paralelamente a lo anterior, la digestión se paraliza, ya que ésta NO es prioridad ante la presencia de una amenaza que puede poner en riesgo nuestra vida o integridad física; esto incluye a las glándulas salivales, las cuales disminuyen su producción de saliva, por lo que se da una sensación de tener la boca seca.
Estos cambios en el cuerpo permiten luchar o escapar con habilidad de la amenaza. Pensemos por ejemplo que alguien intenta golpearnos; para hacerle frente a esta situación, ya sea dando un golpe o corriendo rápidamente, nuestro cuerpo requiere de una gran cantidad de oxígeno y glucosa disponible en nuestras extremidades. Por lo tanto, podemos concluir que la ansiedad es nuestra aliada para hacerle frente a las amenazas del entorno.
Una vez que afrontamos la amenaza o ésta desaparece, el cuerpo regresa a su estado normal. La respiración se desacelera, disminuye el ritmo cardiaco, disminuye la sensibilidad a los estímulos auditivos y visuales, la digestión continúa su curso normal.
ANSIEDAD PATOLÓGICA
Pero ¿qué pasa si la situación que percibimos como amenazante no pone en riesgo nuestra vida ni integridad física? Tal vez no requerimos de movimientos que demanden una gran cantidad de oxígeno y glucosa. Es aquí donde comienza la ansiedad patológica.
Presentar un examen, hablar en público, pensar que hablaran mal de mí, estar en un lugar cerrado, quedarme solo en casa o negarme a hacer un favor NO son situaciones que pongan en riesgo nuestra vida; tampoco son situaciones que afrontamos con movimientos que demanden una gran cantidad de oxígeno y glucosa. Sin embargo, son situaciones que pueden desencadenar una respuesta de ansiedad, porque pueden percibirse como amenazantes.
En estos casos, ingresa al cuerpo mucho oxígeno que no se utilizará. En otras palabras, está ingresando más oxígeno del que realmente necesitamos. Como consecuencia, disminuye el dióxido de carbono. Es este desequilibrio entre oxígeno y dióxido de carbono el que ocasiona una sensación de ahogo, una sensación de “me falta aire” o “tengo dificultad para respirar”; además, esta disminución del dióxido de carbono provoca un cambio en el pH de la sangre (se hace más alcalina), generando mareos, náuseas, y entumecimiento (hormigueo).
Por otro lado, cuando constantemente, las situaciones que afrontamos en el día a día, se viven como amenazantes, aparecen problemas gastrointestinales (recordemos que la digestión no es prioridad cuando hay una amenaza). Al disminuir la producción de las glándulas salivales, la garganta se seca, por lo que tragar los alimentos puede llegar a ser doloroso.
Aunado a lo anterior, se presenta cansancio fácilmente (no proporcional al esfuerzo realizado en alguna actividad). Este cansancio se presenta porque movilizar glucosa y oxígeno hacia las extremidades demanda una gran cantidad de energía. Además, este consumo de energía puede desembocar en cambios en la alimentación, particularmente antojo de cosas dulces (carbohidratos). El aumento de la sensibilidad a los estímulos visuales y auditivos puede generar irritabilidad.
Por otro lado, la tensión muscular sostenida durante mucho tiempo provoca que la sangre no fluya adecuadamente en esa zona del cuerpo, por lo tanto, impide una buena oxigenación de los tejidos, provocando dolor muscular.
Se presenta falta de concentración y dificultad para dormir, ya que el cerebro está alerta a las posibles amenazas o demandas del entorno. También se da una disminución del apetitivo sexual (al igual que con la digestión, la reproducción no es prioridad cuando hay que hacerle frente al peligro). Finalmente puede haber alteraciones cutáneas, como ronchas en la piel, comezón y caída del cabello.
Entonces, tenemos dos maneras para identificar cuando tenemos un problema de ansiedad
Por los síntomas.
Resumiendo, los síntomas de la ansiedad saludable son:
Palpitaciones, respiración acelerada, sudoración, resequedad en la boca, aumento de sensibilidad a los estímulos.
Los síntomas que se añaden a los anteriores, en la ansiedad patológica son:
Sensación de ahogo, dificultad para respirar, opresión en el pecho, problemas gastrointestinales, irritabilidad, dolor muscular, sudoración excesiva, dificultad para concentrarse, insomnio, disminución del apetito sexual, náuseas, mareos, hormigueo o entumecimiento, entre otros.
*Es muy importante tener en cuenta que NO todas las personas presentarán todos los síntomas y NO todos los síntomas se presentarán con la misma intensidad.
Por las situaciones que nos detonan la ansiedad.
Las situaciones que estimulan la ansiedad saludable son aquellas que ponen en riesgo mi vida, integridad física o contexto.
Ejemplos: un sismo, un incendio, un perro me corretea, alguien me grita, un asalto, un accidente automovilístico, etc.
Las situaciones que estimula la ansiedad patológica son aquellas que no ponen en riesgo mi vida o integridad física.
Ejemplos: hablar en público, pensar en lo que los demás puedan opinar de mí, negarme a hacer un favor, etc.
Recuerda que, para tener la certeza de un diagnóstico, se te sugiere consultar a un profesional de la salud mental (no te autodiagnostiques).
En intangible podemos ayudarte a trabajar con la ansiedad patológica.
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