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¿Cómo afronto el consumo de sustancias adictivas de un familiar?

  • intangibleterapiap
  • 22 mar 2023
  • 8 Min. de lectura

Los familiares de personas que consumen alguna sustancia adictiva, responden o reaccionan de diferente manera ante el problema de consumo. Estas formas de responder se conocen como formas de enfrentamiento y los familiares las llevan a cabo de manera natural para buscar una solución y disminuir la tensión que genera la situación.

A continuación, se describen los 8 estilos de afrontamiento más comunes en la población mexicana.

I. ENFRENTAMIENTO EMOCIONAL

Es la expresión de las emociones de una manera directa dirigida al usuario. Por ejemplo, iniciar discusiones con él/ella sobre su consumo de alcohol y/o drogas, amenazar, llorar, suplicar, acusar, etc.

Implica una pérdida de control emocional del familiar, éste actúa impulsivamente y a menudo recurre a las agresiones físicas y verbales, por ejemplo: golpear, gritar o retar al usuario. Es común dirigir o expresar amenazas (las cuales muchas veces el familiar no pretende cumplir); acusar al usuario de no amar al familiar o de decepcionarlo.

En el enfrentamiento emocional los sentimientos que se vinculan con estas actitudes son: el enojo, sentirse lastimado, herido, confundido, perturbado.

Ejemplo:

“He intentado acercarme a mi hijo, de platicar con él pero no me hace caso, cuando veo que no me obedece, le hablo fuerte y le exijo. Mi esposa se altera mucho, le dice que es un mantenido, drogadicto y desconsiderado, pero él le echa la culpa de lo que hace. Lo he agredido físicamente, no encuentro las palabras para explicarlo... en ocasiones reacciono agresivamente y he sentido el impulso de sacarlo de la casa, le digo: ¡ya cállate! y trato de esquivarlo.”


II. ENFRENTAMIENTO TOLERANTE

Se caracteriza por una serie de actitudes y acciones de tolerancia o aceptación por parte del familiar, que protegen al usuario de las consecuencias negativas de su consumo de alcohol u otra droga. Con estas acciones y actitudes el familiar tiende a disculpar y a encubrir la conducta del usuario. Trata de que las cosas se vean normales, fingiendo que todo está bien cuando no es así, negando la existencia del problema. Algunas de las acciones más comunes de tolerancia del familiar consisten en darle dinero al usuario sabiendo que lo gastará en alcohol o droga, atenderlo y cuidarlo cuando está bajo los efectos de la sustancia. También se incluyen las acciones de autosacrificio por ejemplo: beber o tomar drogas con el usuario o bien asumir sus responsabilidades.

Los sentimientos dominantes en este mecanismo de enfrentamiento son los de: impotencia, preocupación y culpa.

Ejemplo:

“Con el tiempo le dejé hacer lo que quería porque cuando estaba drogado me decía -nunca me contradigas en nada-. Por eso trataba de controlarlo, de que se durmiera, si quería platicar, le seguía la conversación, para mí era mejor que se durmiera, yo trataba de darle gusto, de sobrellevarlo con tal de que no se molestara. Las cosas mejoraron un poco cuando dejó de tomar porque después de fumar se iba a acostar a la cama, así que hablé con él y le dije: -veo que con tu hierba estás tranquilo, preferible que le hagas a la hierba a que tomes porque eres muy agresivo-“.


III. ENFRENTAMIENTO EVITADOR

Se refiere a las acciones, deseos o intenciones del familiar, que tienden a establecer distancia física y emocional en relación con el usuario. El familiar trata de actuar como si el usuario no existiera; de ser deliberadamente frío y distante con el usuario, lo ignora, trata de no hablarle y le pide que se vaya de la casa. En ocasiones el familiar evita la presencia del usuario permaneciendo en diferentes habitaciones, o bien alejándose de la casa por periodos cortos o largos.

Los sentimientos presentes en este tipo de enfrentamiento son: de dolor, amargura, rencor, tristeza.

Este tipo de enfrentamiento suele presentarse a menudo en miembros de la familia como hermanos e hijos, quienes en respuesta a los efectos negativos de convivir de cerca con el consumo del usuario, prefieren alejarse o mantenerse al margen del problema.

Ejemplo:

Hija de un usuario de alcohol:

“Ahora cuando llega me voy a mi recámara y procuro no verlo. A veces me salgo de la casa y me voy a la de mi tía o con mi abuelita, le tengo miedo. Hace como tres meses, me salí de la casa y me fui unos días con mi tía, pero mi mamá me convenció de que regresara a la casa y acepté. Entre todos hemos acordado en decir que vamos a salir, cuando llegue, así no tendremos que quedarnos y aguantarlo. Le he dicho a mi mamá que si él no cambia, mejor vendan esa casa y que nos vayamos a vivir a provincia, para así ya no vivir en angustia y tensión. También he pensado en irme a vivir a Los Ángeles con un familiar que tengo en esa ciudad, pero todavía no me decido bien. Mi papá ya no entra en los planes que haga la familia para cualquier mejoría, no se le toma en cuenta para nada, se le ignora.”


IV. ENFRENTAMIENTO CONTROLADOR

Es una serie de acciones e intenciones del familiar de controlar la naturaleza y las consecuencias del consumo del usuario. Alentar al usuario a hacer una manda o a prometer que no va a consumir drogas o alcohol. Tratar de controlar el dinero del usuario, guardándolo o dándolo por semana; pasar mucho tiempo pensando en formas de controlar el consumo del usuario, por ejemplo, tirarle las botellas o las drogas, buscar entre las cosas del usuario, etc.

Otras acciones comunes del familiar consisten en mantener una cuidadosa observación de las actividades del usuario, vigilarlo, evitar dejarlo solo, permitir que beba o consuma drogas sólo en casa, involucrar a la policía en la búsqueda del usuario o de los proveedores de drogas.

Los sentimientos que se relacionan con estas actitudes son: preocupación, sentirse responsable del otro, desesperanza, cansancio.

Ejemplo:

Padre de un usuario:

“En dos ocasiones le hemos encontrado marihuana escondida en el pantalón, las dos veces se la tiramos a la basura. Constantemente lo mantenemos vigilado y unos muchachos que lavan carros en la colonia me ayudan, les encargo a mi hijo, les digo que si llegan a verlo me avisen. De esta manera puedo saber a dónde se va cuando sale a la calle. Nos ha funcionado el estar “pegados a él", aunque sí nos afecta un poco porque sí hay algo de desgaste, por ejemplo nos empezamos a preocupar entre nueve y diez de la noche cuando vemos que no llega.”


V. ENFRENTAMIENTO INACTIVO

Se refiere al mecanismo de enfrentamiento que indica una falta de acción del familiar. Ante el consumo del usuario, el familiar no hace nada, ya sea por el temor que le produce la reacción del usuario, o porque no quiere involucrarse en el problema y prefiere no hacer nada ni por el usuario ni por sí mismo. El familiar trata de mostrarse indiferente, se siente demasiado asustado y sin esperanza para intentar cualquier cosa.

Existe una especie de resignación pasiva del familiar ante el problema, ha perdido todas las esperanzas de que el usuario cambie y acepta la situación como una parte de la vida que no puede modificarse.

Los sentimientos que se identifican en este tipo de respuestas son: sentirse perturbado, confundido, atemorizado, desesperanzado, indiferente.

La inacción es una respuesta de enfrentamiento que suelen utilizar los familiares que tienen un contacto más estrecho con el usuario, como son esposas y madres, quienes a menudo reaccionan de esta manera por temor a agravar los problemas y para evitar la violencia por parte del usuario, sobre todo en los casos en los que el consumo de alcohol y/o drogas se asocia con una mayor agresividad.

Ejemplo:

“Cuando veía a mi marido que estaba así, me portaba muy sumisa, siempre con temor, cualquier cosita y se encendía, tenía que estar adivinando cómo quería las cosas. Una ocasión llegó a la casa drogado, me pegó y me dijo: -aquí se va a hacer lo que yo diga-, entonces yo ya no podía decir nada. Una vez vi un programa de televisión y me dieron ganas de hablar para que alguien me diera consejos, pero nunca hice nada por temor a cómo fuera a reaccionar, siempre recordaba lo que me decía, -no hagas nada porque te va peor-. Ahora mi orgullo está pisoteado, siempre me quedaba callada y agachada.”

VI. ENFRENTAMIENTO CONFRONTATIVO

El familiar expresa al usuario de manera tranquila y abierta su posición hacia el consumo, aclarándole que no está dispuesto a tolerarlo.

Las acciones más comunes de este tipo de enfrentamiento consisten en hacer entrar en razón al usuario, en tratar de hacerle ver las cosas y poner límites firmes a través de una comunicación tranquila y directa. Por ejemplo, aclarándole al usuario que no está dispuesto a aceptar esta situación y que debe cambiar su consumo o el familiar lo abandonará o bien, él tendrá que irse de la casa. Asimismo, el familiar trata de involucrar a otros miembros de la familia a través de reuniones para discutir la situación.

Los sentimientos más importantes en este tipo de respuesta son: sentirse fuerte, tranquilo.

Ejemplo:

“Le dije que no quería vivir con él porque ya no quería ser humillada, que lo quería pero si era necesario me divorciaría de él porque no estaba dispuesta a aceptar que me tratara mal, ni que llevara amigos a la casa. Ahora me pide que no lo deje y le digo que la única forma para que me quede con él es que vaya al centro de tratamiento para que se atienda, le aclaré: -yo no quiero ser tu mamá, sino tu mujer-.”


VII. ENFRENTAMIENTO APOYADOR

Son aquellas acciones del familiar encaminadas a apoyar directamente al usuario, en modificar sus hábitos de consumo, o bien en impulsarlo en alcanzar propósitos personales y proporcionarle diferentes alternativas de interés que no se relacionen con el consumo.

Platicar tranquilamente con el usuario, mantener una relación armónica y de confianza, defenderlo cuando otros lo critican, e impulsarlo en la búsqueda de tratamiento, son algunas de las acciones más representativas de este tipo de enfrentamiento.

Los sentimientos que se encuentran en este tipo de respuestas son: sentir amor por el usuario(a), optimismo.

EJEMPLOS:

Esposa de usuario de drogas:

“He tratado de estimularlo destacando sus atributos físicos y de darle ánimos para que deje la droga definitivamente, también he tratado de tomarlo en consideración en las decisiones que se tienen que tomar en casa, tratando de que se mantenga ocupado, le digo que le dé de comer a la niña y le doy consejos. Antes no había eso de encontrar lugares dónde atenderlos, ahora pongo más atención de los lugares donde lo puedan ayudar. Mis cuñados también le dan ánimos para que deje eso.”

Madre de usuaria de drogas:

“Hablo tranquilamente con mi hija y he tratado de ganarme su confianza, sí funciona hablar tranquilamente, porque ella no acepta que le digan las cosas de mal modo. Ella tiene que entender que somos amigas, el otro día le dije -yo te doy confianza y siempre te la he dado, yo soy tu amiga o dime ¿ya no quieres seguir estudiando?-, pero ella dice que sí, me dijo -no mamá, dame otra oportunidad-. También trato de darle consejos refiriéndome a otros muchachos que “le hacen” a lo mismo, le digo -Mira nada más como está, ahora ya no se sostiene, es una cosa perdida, ¿quieres estar igual?- y me dice -No mamita, así no-, -¿entonces?, yo quiero hacer algo por tu bien, ya no lo hagas por favor-.”


VIII. ENFRENTAMIENTO INDEPENDIENTE

Consiste en realizar acciones y actividades encaminadas a fortalecer el bienestar del familiar. Por ejemplo, estar más interesado por las propias necesidades, no descuidar las actividades personales por estar pensando en el usuario, salir con amigos(as), hacer deporte, salir de paseo, continuar con los planes personales. Interesarse por su salud y asistir a terapias, esforzarse por mantener las rutinas familiares como paseos, comidas, etc. No esperar a que el usuario les dé permiso para salir o hacer cosas.

Los sentimientos que están asociados con esta forma de actuar son: de auto confianza, alta autoestima, respeto y afecto hacia el usuario y hacia sí misma(o).

Ejemplo:

Madre de usuaria de alcohol:

“Desde hace once meses voy a AL-ANON. En el centro especializado estuve seis o siete meses. La primera vez llevé a mi hija porque una hermana me recomendó el centro. Mi hija ya no quiso ir porque simplemente quería seguir tomando y yo me quedé en psicoterapia. En noviembre me querían dar de alta, allí sentía una ayuda mental, sacaba el problema, sentía fortaleza, no nada más para el problema de ella sino para mis propios problemas. Aprendí que entre más dejaba sola a mi hija, más salía adelante. Ahora tengo ganas de hacer muchas cosas, quiero rescatar muchas cosas porque he desperdiciado mucho tiempo de mi vida preocupándome por ella, por eso voy a mis reuniones de ALANON y a sus eventos de aniversario. También me reúno con mis amigas del trabajo a comer y nos festejamos los cumpleaños. Me siento maravillada conmigo misma, con ganas de hacer muchas cosas, con respecto a mi hija siento esperanzas de que ya no va a beber porque últimamente ha tenido más periodos de sobriedad.”


Fuente: Natera, G., Tiburcio, M., & Mora, J. (2006). Formación de Orientadores para apoyar a familias que tienen problemas con las adicciones: Manual de Intervención. Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz. México: Secretaría de Salud.

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